[pullquote align=»left|center|right» textalign=»left|center|right» width=»30%»]De familia en familia [/pullquote]
Puesto que a ciertas familias, -alguna de las cuales protestan los indignados en Paraguay-, se les instala en cualquier función pasando de expertos en seguridad social, a expertos en deportes, técnicos ambientalistas a educación, politiqueros al servicio exterior, sobrinos y primos a diputados. Son intercambiables y nunca desechables y su principal tarea es servir de colchón amortiguador entre el Ministerio de Hacienda al Ministerio del Trabajo y las reivindicaciones de los excluidos.
Los últimos hechos ocurridos en nuestro país podrían hacer pensar que los paraguayos hemos abierto un camino de lucha para exigir la satisfacción de demandas largamente postergadas y que el nuevo Gobierno, autodefinido como amigable por los excluidos, podrá ceder debido a la actual bonanza que están viendo en la excelente cosecha y alta cotización de nuestra riqueza básica (Electricidad, soja, ganado).
Lamentablemente nada puede estar más lejos de la verdad. Desde que asumió el actual Gobierno, se tuvo claro que había que demostrar al empresariado la seriedad de los nuevos gobernantes en el manejo de las cuentas públicas.
Según un comunicado, el dirigente Aníbal Carrillo Iramain, manifestó que el Frente Guazú (FG) realizó críticas a los primeros 100 días de gobierno del presidente Horacio Cartes y que considera que el «nuevo rumbo» está marcado por una alta concentración de poder autoritario, la represión a sectores populares, recortes sociales y aumento de la pobreza y desigualdad.
Con buena cosecha de soja y suficiente exportación de carne, y aún sin reglas fiscales, ya se había incorporado a los principios de nuestra política fiscal el de mantener los equilibrios macroeconómicos y la responsabilidad durante el ejercicio presupuestario de cada año.
Y la ciudadanía apoyó a Horacio Cartes. Se necesitaba tranquilidad y estabilidad democráticas, se quería salir del liberalismo franquista asfixiante. Fue así, como desde los primeros días, cada aumento en el gasto, por emergencias o decisiones del nuevo Gobierno en sus primeros cien días, fue afrontado con una reformulación presupuestaria, es decir con el acto de sacar recursos de un ítem y asignárselos al nuevo.
Esto es sólo posible, y subrayan que empieza a develarse que el Gobierno «no tiene brújula». Para el Frente Guazú, fue un error y se quejaron porque Cartes vetó la ley del impuesto a la soja, dando vía libre al avance de la sojización «a costa de la destrucción de la agricultura campesina y del medio ambiente» señalo Carrillo Iramain.
Este año 2013 se reforzó la responsabilidad fiscal con la regla de mantener un superávit estructural (SE) de un 1% del PIB para dar garantías al mundo y para resguardar al Tesoro Público del potencial aumento en los gastos que requerirían los contratados de la administración pública, (salud, educación, y el Sistema de Pensiones) que finalmente fueron despedidos.
La regla no existe en otros países y no corresponde a las orientaciones actuales del Fondo Monetario Internacional. Al contrario, este organismo ha estado recomendando a los países pobres aprovechar la actual coyuntura internacional.
Es decir, Paraguay tendría que ser el país más ahorrativo del mundo. Más aún que el propio FMI.
El cálculo del SE, se hace fijando un nivel de Gasto Público tal que al restarlo de los Ingresos debe haber un superávit equivalente a un uno por ciento del PIB. Los ingresos no se calculan de acuerdo a las ganancias fiscales del año, por mayores precios de los tres pilares que deberían ser fundamentales, hidroeléctricas, soja y ganado u otros rubros, sino de acuerdo a un promedio del posible precio de los royalties, la venta de energía y del crecimiento del PIB en los 10 años siguientes.
Pareciera lógico, pero implícita, es que todo aumento de ingresos financieros es temporal, a nuestro pobre Banco Central todo de este esfuerzo no le queda nada.
Todo aumento de ingresos financieros debe ahorrarse en activos financieros, pudiéndose gastar en años siguientes sólo las rentabilidades que obtengan dichos activos financieros, en nuestro caso es soñar vivir en el país de las maravillas.
A la fecha, el Gobierno Central no ha generado proyectos de excedentes financieros que mantenga invertidos en distintos tipos de depósitos, todo lo recaudado en soja y carne, la mayor parte de ellos van al exterior, sin haber pagado un solo guaraní de impuesto el Estado, o un royalty por haber usufructuado el fruto del suelo paraguayo, que es de todos los paraguayos.
Es así como millones de dólares se esfuman de las arcas del estado. Paraguay alimenta a 70 millones de personas en el mundo con su producción, a cambio en Paraguay dos millones de personas no comen.
SECTORES PRIVILEGIADOS
El Frente Guazú sostiene que en esta primera etapa de la administración Cartes la línea política se dirige hacia el fortalecimiento de sectores privilegiados del país, en detrimento de intereses de las clases populares.
«El contenido del nuevo rumbo, en el escenario de la realidad social y política, crece la incertidumbre, la angustia y la decepción de los trabajadores y trabajadoras del campo y la ciudad; porque en la medida que crece la macroeconomía del agro-negocio, aumenta la pobreza y el malestar social», añade el comunicado que dieron a conocer los dirigentes de esta concertación política de izquierda, liderada el senador Femando Lugo.
Sojeros y ganaderos poseen una superficie que es la mitad de Paraguay, el ganado alcanza a 13 millones de cabezas. O sea, Paraguay con esa producción, alimenta a 50 millones de personas, mientras que en Paraguay un millón y medio de personas pasan hambre o no tienen que comer. Ante el aumento sistemático de la ocupación de la tierra en sojales, desplazando a las familias campesinas a la gran ciudad, por problemas tóxicos. «Pero las buenas cosechas y nobles pasturas que alimentan el ganado, llenan los bolsillos de los señores feudales del Brasil…», dicen en la izquierda.
Desde este punto de vista el Gasto Fiscal ya no sólo se considera una amenaza de desequilibrio macroeconómico, de déficit fiscal, inflación y endeudamiento externo, sino de la enfermedad holandesa o exceso de divisas producido por el alza en el precio de un recurso natural importante, como lo es la carne, en manos del dos por ciento de la población paraguaya.
El ingreso de divisas en exceso, dada la existencia de un tipo de cambio flotante, es decir controlado por las fluctuaciones del mercado, produce devaluación del dólar, lo que perjudica a las PYME exportadoras, principales generadoras de empleo.
En otras palabras, de acuerdo a la legalidad vigente y a las reglamentaciones que se ha impuesto la política económica, ningún Gobierno en Paraguay puede gastar más que lo que le permita el presupuesto y éste no puede aumentar más allá de lo que permita el PIB y el precio de la energía (Itaipú, Yacyretá) promedio de 10 años.
Esto «…produce una gran disminución del nivel de consumo de la población, aumenta el desempleo, la pobreza y la miseria», sostienen.
El FG cuestiona al mandatario porque «a espaldas de la ciudadanía», y con el apoyo de una mayoría parlamentaria, haya aprobado leyes con las que «concentra súper-poderes», «…el Ejercito pasó a ser Policía, lo cual es inconstitucional», sostiene el Frente Guazú.
En años de bonanza se debe ahorrar y en años de recesión se gastará lo ahorrado. Pero en nuestro caso no es ni lo uno ni lo otro.
DE FAMILIA EN FAMILIA
¿Cómo se puede avanzar en ese camino sin grandes inversiones en educación, capacitación, innovación tecnológica, becas al exterior, financiamiento a la investigación científica y tecnológica y distintas formas de aprehensión de tecnologías importadas?
La limitación de recursos económicos se profundiza con la limitación de los recursos humanos. La mayor parte de los funcionarios destinados a los cargos de dirección del Gobierno carece de la capacidad creativa que le permita imaginar y transformar su área potenciando sus magros recursos.
Sus escasas cualidades son orientadas a administrar lo que hay, a inventar cómo pueden acceder a mayores salarios y prebendas y a cuidarse de no dar ningún paso en falso para poder permanecer en el poder.
Puesto que a ciertas familias, -de las cuales protestan los indignados en Paraguay-, se les instala en cualquier función pasando de expertos en seguridad social, a expertos en deportes, técnicos ambientalistas a educación, politiqueros al servicio exterior, sobrinos y primos a diputados .
Son intercambiables y nunca desechables y su principal tarea es servir de colchón amortiguador entre el Ministerio de Hacienda al Ministerio del Trabajo y las reivindicaciones de los excluidos.
En estas condiciones nada en Paraguay puede cambiar, pero la ciudadanía debe saberlo. El país es nuestro y no existe una única forma de guiar la economía. El porcentaje de la ciudadanía que vota, elige creyendo que los candidatos a gobernantes podrán cumplir sus promesas. Desconocen totalmente que las reglas de responsabilidad fiscal ya les tienen la suerte echada.
diciembre 2013.-